Quisiera Olvidarte

Casi todas las mañanas me despierto pensando en él. Es triste, pero es la verdad.
Normalmente tengo primero algún recuerdo bueno, de alguno de los viajes que hicimos juntos, y después me vienen a la cabeza alguno de los recuerdos malos. Uno de sus ataques de complejidad obsesiva, por ejemplo, o uno de sus arranques de egoísmo en el que no podíamos salir a tomar una copa porque no tenía dinero, y no me llamaba por teléfono nunca porque no tenía saldo en el móvil. Tan mayorcito y todavía con un móvil de tarjeta y encima siempre sin saldo. Cuando me dejó después mira como no le faltaba el dinero, al muy cabrón, después si tenía euros de sobra para llamar al móvil a la otra, para ir con ella de viaje y hasta para irse a vivir con ella.
Qué imbécil.
Yo mientras pensando que él lo que tenía era un bache emocional. Y lo que pasaba es que se estaba follando a otra. Menudo cabronazo, no sé cómo no podía sospechar nada. Me alegro de que le saliera rana. Se lo merecía, por subnormal. Desde luego con todas las veces que deseé que aquello se rompiese, seguro que alguna de mis súplicas fue escuchada. Y se rompió, vaya que si se rompió. En mil cachitos.

Imagino que ella acabará dándose cuenta de cómo es él, y decidirá dejarlo.
Ya se lo predije, él nunca sería feliz, no mientras se comporte así. Es la persona más egoísta que nunca conocí. Nunca dio nada sin asegurarse bien antes de que recibiría algo a cambio. Nunca supo amar incondicionalmente, no supo entregar sin algún interés de por medio. Por eso no sabe lo que es la amistad, y seguramente nunca sabrá lo que es el amor, aunque él crea que sí.
Dice que tiene algunos amigos, no muchos, pero poca gente llamaría a esas personas amigos. Todos se mueven por una especie de interés que les mantiene unidos. El que tiene coche porque les lleva a los demás, el que tiene algo más de dinero porque les invita a unos minis en su cumpleaños. El día que encuentren a otro que les cubra las necesidades, dejarán de ser amigos de un plumazo.
Los años que fuimos pareja, jamás me dio muestras de generosidad, como comprar alguna tontería sin motivo alguno (sin que fuera nuestro aniversario, mi cumpleaños o navidad). Siempre fue de la hermandad del puño cerrado, es cierto, pero a veces cuando estás enamorado haces ese tipo de nimiedades. Él nunca lo hizo. Ya no recuerdo si yo sí lo hice.

Desearía no haberle conocido nunca. Ojalá, como en la peli de "Olvídate de mí", existiera un invento que consiguiera borrar de tu memoria cierto tipo de recuerdos relacionados con alguien o algo.
Yo borraría todo lo relacionado con él. Todos los viajes para estar a su lado, todas las noches juntos, todos los paseos de su mano por su ciudad y por la mía, todos los enfados, las risas también, y los planes junto a él. Todo. Le borraría a él. Que cuando le viese por la calle no le reconociese, y pasase de largo, igual que hace él cuando me ve.
Olvidar su dirección de correo electrónico, su número de móvil y su blog en el que escribe todo lo feliz que es con su estúpida nueva pareja a la que conoció en una web de contactos. Hay que joderse.
Borraría todo lo que pasé a su lado porque nunca me aportó nada, o al menos nada bueno y de provecho. Sólo me dio mentiras y malos momentos que deseo con todas mis fuerzas borrar de mi memoria.